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sábado, 16 de junio de 2012

Ven

Ven, ven que tengo sed
mis labios secos te imploran
como al árido campo trigueño
de la lluvia la pequeña gota

Ven, ven que muero y no me importa
que no seas mía, y si de otro fueras
te besare por las noches alma mía
con la luna de cómplice, bañada de estrellas

Y caminare cegado por mil tinieblas
sobre la fría acera de mi pensamiento
donde solo los cedros y el verde follaje
hacen de mi esperanza, mi dulce anhelo

Ven, ven amada mía
que mi voz grita lo que el corazón implora
ven y dame de tu boca ese dulce néctar
que seduce a mis labios y alimenta a mi boca

La noche será mi cómplice
e implorare a las sombras su negrura
en ellas cobijare los deseos
y la osadía que escondo en penumbra

Ven, no pienses más
y dame de tu boca el veneno
que me ciega, que me embelesa
que otro rechaza y de mi boca es mi deseo.


Angel de la madrugada



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